Saludos a todos los lectores de este blog. Usualmente tengo solo una entrada visible en el blog, pero esta vez cambiaré la configuración. A parte del comentario en la entrada siguiente a ésta, quiero usar éste espacio para darles a conocer un articulo que me ha llamado la atención por varias razones; considero que deberían tomarse un par de minutos para leerlo y meditarlo, debido a que se relaciona directa y profundamente con nuestro estado actual de estudio. La mayoría de los lectores de este blog, si es que no todos, estudiamos en la Universidad Industrial de Santander, reconocida nacional e internacionalmente por ser una de las mejores universidades en lo que a ingenierías respecta, reconocimiento que se ha conseguido con esfuerzo, sacrificio y dedicación por parte de todos y cada uno de los miembros de la comunidad universitaria. El esfuerzo arduo de los docentes y estudiantes es la principal razón de que les ofrezca este articulo, adaptado de la versión mexicana online de la revista Muy Interesante: www.muyinteresante.com.mx.
Dedicado cordialmente a un par de amigos que aprecio y estimo.
Es sabido que las dificultades para dormir pueden tener un efecto psicológico inmediato, como estrés, irritabilidad y ansiedad, sin embargo a largo plazo también incrementa el riesgo de problemas de memoria.
Investigadores de la Universidad de Washington, en un estudio que presentarán en la conferencia de la Academia de Neurología de E.U., afirman que dormir poco o mal puede afectar la memoria y elevar el riesgo de enfermedad de Alzheimer.
La doctora Yo-El Ju y su equipo monitorearon a 100 personas de entre 45 y 80 años durante dos semanas para medir cómo y cuánto dormían. Al final 25% de los participantes mostraron signos de los dañinos depósitos de proteína (las placas de beta-amiloide) en el cerebro que, se cree, son un signo previo a la aparición de Alzheimer. Los más altos niveles los tuvieron aquellos que dormían con más interrupciones.
"El sueño interrumpido parece estar asociado con la acumulación de placas amiloides, un signo característico de la enfermedad de Alzheimer, en los cerebros de personas que no presentan problemas de memoria", indicó la investigadora.
El cansancio debido a la falta de sueño hace a las personas irritables e incapaces de funcionar de manera adecuada en sus actividades diarias (las dificultades para dormir reducen las capacidades cognitivas, como la toma de decisiones o resolución de problemas), y si es crónico puede conducir a depresión o acentuar el estrés y la ansiedad. No obstante, el efecto más importante parece presentarse a largo plazo.
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